¿Hay algo más apetitoso que un helado cremoso para dar chispa al verano? Sí lo hay: ese mismo helado, pero con un chorrito de crema balsámica. De trufa, de Módena, de manzana o de frambuesa, todas son una delicia para los paladares más exigentes. Su sabor dulce combinado con un retrogusto amargo las convierte en las compañeras ideales de un buen helado, sea del sabor que sea.
¿Cómo hacerlo? Muy fácil. Basta con echar un chorrito sobre tu tarrina o cucurucho para empezar a disfrutar de esta combinación refrescante y sedosa llena de texturas y sensaciones.
Si quieres subir la apuesta, completa la receta echando chocolate líquido de postres por encima, con unas hojas de menta y con fruta fresca a tu gusto. ¡Un postre delicatessen ideal para el verano!