El agua es vida. Es necesaria para nuestro organismo, para que cada célula y tejido funcionen. Y puesto que la perdemos a través de la respiración, el sudor, la orina… debemos reponerla para seguir estando bien.
¿Verdad que un vaso de agua bien fresquito sienta estupendamente cuando tenemos sed?
La cantidad diaria recomendada ronda los dos litros, acaso un poco más. Es decir, ocho vasos ―el resto nos llega a través de los alimentos sólidos que ingerimos. Pero si quieres afinar, te proponemos esta ecuación, que entenderá hasta quien sea de letras: multiplica tu peso en kilos por 35 y el resultado son los mililitros que te corresponde beber. Un ejemplo: si multiplicas 70 kilos por 35, obtienes 2.450 mililitros, es decir, 2,45 litros.
Así que ya sabes, ten siempre a mano una botella de agua e hidrátate con regularidad. Y si eres gourmet, puedes añadir unas rodajas de fruta fresca para que le den sabor.