¡Por supuesto! Una cucharada de aceite de oliva virgen extra en ayunas multiplica los efectos beneficiosos que de por sí ya tiene el llamado oro líquido.
Despierta el proceso de digestión, lucha contra el estreñimiento, activa la función de hígado y vesícula, protege el sistema antioxidante endógeno y es de efecto cardiosaludable.