Una buena idea para utilizar el vinagre de Módena en los postres es elaborar una deliciosa compota con frutas de temporada. Esto nos permitirá aprovechar la fruta al máximo y evitar que se eche a perder, además de personalizar nuestros postres cuanto nos apetezca.
Solo tienes que lavar y trocear las frutas —las fresas suelen ser las reinas, pero puedes probar con higos, melocotón, manzana, pera, naranja…—, ponerlas en una sartén a fuego lento e ir añadiendo chorritos de vinagre balsámico progresivamente, sin dejar de remover (calcula aproximadamente una cucharada sopera de balsámico para cada 150 g de fruta). Luego incorpora agua caliente hasta cubrir la fruta, añade una cucharada de azúcar y, sin dejar de remover, cocina a fuego lento, asegurándote siempre de que la mezcla no se pegue.
¡Tu compota está lista! Ya la puedes integrar a tus postres de las más diversas maneras. Será perfecta para cubrir un brownie o una tarta de queso, un crumble, un apfelstrudel o una flamante apple pie. También puede ser el relleno de un sencillo bizcocho o acompañar una manzana al horno, o te la puedes comer sola con un toque de canela y un poco de queso fresco.