¿No dicen que hay que comer cinco veces al día? Pues parece que al crecer nos olvidamos de la merienda. ¡Y debería ser sagrada! Para volver a disfrutar de este placer, te proponemos tres opciones fáciles, rápidas y saludables. Toma nota.
– Unas fresas regadas con miel y, por encima, frutos secos variados al gusto ―aunque unos anacardos crudos o unas almendras crudas no le van nada mal.
– Un plátano. Lo abres, lo cortas por la mitad, le untas un poco de mantequilla de cacahuete y lo rematas echando una mezcla de frutos secos ―nueces de California, almendras, avellanas, nueces pecanas… Visto y no visto. Sabores y texturas distintas en un mismo bocado.
– Un yogur natural. Échale frutos secos y trozos de chocolate (con algo más del 75% de cacao). Y cómetelo sin que te vean: de lo contrario, te lo quitarán de las manos. Además de estar rico, es ligero y saciante. Lo que se le pide a cualquier merienda, vaya.