El aceite de oliva virgen extra de cosecha temprana es uno de los mejores aliños que puedes tener a mano en la mesa. Es de una personalidad excepcional, ya que las aceitunas con las que se elabora aún no han alcanzado la madurez, de manera que proporcionan un zumo mucho más intenso. Así que, para disfrutarlo en su máxima expresión, mejor consumirlo en crudo. ¿Cómo? De estas cinco maneras.
Sobre una tostada de pan.
Ideal para el momento del desayuno y para coger fuerzas de la manera más sana y sabrosa.
En una ensalada.
No hay ingrediente que se resista al aceite de cosecha temprana. Échale lo que quieras: luce él y lucen sus compañeros de plato.
En una macedonia de fruta.
El aceite de cosecha temprana es muy afrutado, así que le va de perlas. Pero aún mejor con naranja, por la acidez de ambos.
En un ajoblanco.
El ajo y la almendra de esta sopa fría siempre combinan de maravilla con el toque afrutado de este aceite. Un valor seguro.
En una vinagreta.
La acidez del vinagre rebaja la astringencia de este aceite y, a la vez, contrasta con él. Haz una vinagreta de mango o de granada con vinagre de jerez o de sauvignony verás cuánta personalidad.