No hay nada peor que arrancar una receta y hacerlo con un sofrito que se ha pasado. Para evitar que se queme la cebolla es importante controlar la temperatura, siempre entre fuego medio y fuego lento; verterla troceada sobre un fondo de Aceite de Oliva Virgen Extra no demasiado caliente y remover constantemente. Además, la cebolla debe estar hidratada. Añadir un poquito de sal para que “sude”, e incluso un poquito de agua, hará que el resultado sea tierno y fino.
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Consejos para que la cebolla quede en su punto
1 octubre 2015