Hubiera sido impensable en tiempos remotos que aquella apreciadísima fruta parecida a la almendra que se vendía molida, y que se usaba, incluso, como moneda, acabara por convertirse en uno de los “pecados” más hedonistas, accesibles y extendidos por el mundo de cuantos existen.
¿Quién no saliva con una cremosa tarta de chocolate? ¿Quién no disfruta con ese momento en el que una onza se va derritiendo poco a poco al calor de la boca? Un delicioso producto que es la estrella de la pastelería, que vuelve golosa la fruta, que encaja a la perfección con carnes de caza y que encuentra en el aceite de oliva un fiel aliado.
Y que no te sorprenda, porque aquel pan con aceite, chocolate y sal de las meriendas de antaño ya lo dejaba bien claro. Un maridaje “de niños” con ADN popular que se ha revisado y refinado en clave gourmet, que chefs como Oriol Balaguer han convertido en postre de alta cocina y algunas marcas deli, en riquísimos bombones o trufas.
Así que ya sabes, en la próxima cata de aceites de oliva que organices en casa con amigos, no pueden faltar unas onzas de chocolate. Y si es negro mejor. Verás qué armonía se crea entre el amargo y los aromas del aceite… Y si la cosa va de atreverse con ello en la cocina, aquí te dejamos un par de propuestas: una para los intrépidos reposteros y otra como solución exprés para un postre improvisado y de lo más resultón.
Cremoso de chocolate con aceite de oliva
Necesitaremos 75 ml de leche, 75 ml de nata para montar, media rama de vainilla, 2 yemas de huevo, 30 g de azúcar, 120 g de chocolate, ralladura de naranja, aceite de oliva virgen extra y sal maldon. Llevamos a ebullición la leche, la nata, el azúcar y la vainilla. Una vez rompa a hervir, retiramos del fuego y añadimos las yemas, sin dejar de remover bien con la varilla. Añadimos el chocolate y mezclamos hasta que esté derretido. Batimos con la batidora para que emulsione, colocamos en un recipiente y dejamos enfriar. Dejamos reposar en nevera toda la noche. A la hora de servir, tomamos pequeñas porciones con la ayuda de dos cucharas y rematamos con un chorrito de aceite de oliva virgen extra, un poco de ralladura de naranja y sal maldon.
Helado de chocolate con melón y aceite de oliva
Si quieres dar un toque especial a un simple helado de chocolate, como por ejemplo esa tarrina que tienes en el congelador, no tienes más que seguir tres sencillos pasos. En un cuenco, colocamos una bola de helado en el centro, disponemos alrededor melón en dados, espolvoreamos sobre el melón un poquito de pimienta negra y, por último, un chorrito de aceite de oliva virgen extra. La mezcla del dulce, el fresco y el punto picante será atrevida y original.