Todos estamos de acuerdo en que el aceite de oliva es un tesoro gastronómico: es un antioxidante natural, previene las enfermedades cardiovasculares y contribuye a que el colesterol “bueno” suba.
Pero… ¿qué significan las diferentes variedades?, ¿para qué sirven los aromatizados?, ¿importa que sea orgánico? Buenas preguntas. A continuación trataremos de responderlas todas.
Nos ponemos en tu lugar: llegas al supermercado y quieres un aceite, pero no sabes cuál elegir. La clave es: ¿para qué lo vas a utilizar y qué propiedades deseas que tenga? Una vez que tengas esto claro, el resto resulta más fácil. De todos modos no te preocupes, elijas el que elijas, estarás tomando la joya de la corona de la dieta mediterránea. Eso sí, ¡que sea virgen extra, por favor!
Quiero un aceite suave… Elige un monovarietal de Arbequina.
Sus aromas ligeramente almendrados, con toques a manzana verde, lo convierten en un acompañante elegante, capaz de ir de perlas con mariscos o pescados del mismo modo que funciona para hacer ese postre al que no sabías si iría bien el aceite de oliva. Un aceite con frac.
Quiero un aceite afrutado… Busca un monovarietal de Hojiblanca.
Estamos hablando de un aceite con personalidad, con matices afrutados y suave, cierto, pero también con cierta persistencia en el paladar. Un Hojiblanca siempre aporta personalidad a esos platos en los que necesitamos frescura y equilibrio, sin eclipsar al resto de ingredientes. Estamos pensando en vosotros: gazpacho y escabeche.
Quiero un aceite potente… Apuesta por un monovarietal de Picual.
Si estás buscando un aceite que marque su terreno, decídete por un Picual. Potente y con carácter, es el ideal cuando andamos en busca de emociones fuertes. ¿Una vinagreta? Ahí encajará perfectamente. ¿Un toque de carácter en ibéricos y quesos? Añade un chorrito y descubrirás nuevos e increíbles matices.
Quiero un aceite solidario con el medioambiente… Opta por uno de producción ecológica.
Este tipo de aceites se obtienen a partir de cultivos en los que no se utilizan productos químicos, con lo que salen beneficiados tanto el suelo, que no sufre agresión alguna, como el consumidor, a cuya mesa llega un producto con todas sus cualidades en perfecto estado de revista. El aceite más concienciado y sostenible.
Quiero un aceite diferente… Decídete por uno de sabores.
Hay ocasiones especiales en las que nos apetece sorprender, y una opción segura es elegir un aceite que deje boquiabiertos a los que se sientan a la mesa. Para esos momentos están los aromatizados, que aportan toques a ajo, albahaca, jengibre o limón a una comida.
Disponer de aceites aromatizados en la despensa es como tener una baraja entera de ases guardados en la manga: lo único que debemos tener claro es cuándo y con qué platos vamos a utilizarlo. ¿A que nunca habías pensado en que un aceite a la pimienta podía irle tan bien a tu receta de risotto? Touché.