La respuesta es que debes escuchar a tu cuerpo y decir sí a las ensaladas siempre que te sienten bien, ya que cualquier momento es bueno para meterse entre pecho y espalda deliciosos productos del huerto.
Si te cuesta digerir bien la lechuga por la noche, sustitúyela por otras verduras de hoja verde, como espinacas o rúcula; y si planeas una cena ligera evita añadir a la ensalada quesos grasos y frutos secos, ya que son muy calóricos.
Por la noche, una ensalada de tomate y aguacate con algo de proteína en forma de atún o pechuga de pollo será ideal: ligera, equilibrada y saludable.