Además de disfrutar de su sabor, sus infinitas posibilidades en la cocina y sus propiedades nutricionales, comer frutos secos Borges Pizarro significa cuidar el medio ambiente. ¿Por qué? Pues porque son frutos secos de proximidad, cultivados por agricultores locales en los campos de Borges en Extremadura, y porque están elaborados de principio a fin mediante un sistema de agricultura responsable.
¿En qué se traduce esta apuesta por la sostenibilidad y el respeto no solo al medio ambiente, sino a las comunidades locales? En todo esto (y más):
– En 953 hectáreas de nogales, pistacheros y almendros que cuentan con la certificación Global GAP, que garantiza las buenas prácticas agrícolas.
– En la preservación de los recursos naturales, como el suelo, mediante cubiertas vegetales.
– En la preservación de la biodiversidad de las fincas.
– En la reducción de la huella hídrica gracias a un sistema de agricultura de precisión y gestión del agua, como refleja la participación de Borges en la plataforma EsAgua.
– En la dinamización del sector agrícola de la región, de cuyas manos las nueces Pizarro pasan, sin intermediarios, directamente a las nuestras.