Quinoa, lentejas, espinacas, rúcula, arroz, canónigos, bulgur, lechuga, escarola, col… Tu ensalada puede ser de lo que quieras, siempre que incluya estos dos ingredientes indispensables.
Frutos secos
¿Mozzarella, tomate, albahaca y nueces? Oh, yeah! ¿Quinoa, salmón ahumado, aguacate y almendra triturada? ¡Claro que sí! ¿Espinacas, manzana, queso feta y pistachos? ¡Adelante! Y así puedes crear sucesivas combinaciones para tener contentísimo a tu corazón. Los frutos secos son cardiosaludables y basta un puñadito al día para que tu salud cardiovascular lo note. ¡Y tu paladar también!
Aceite de oliva virgen extra
Un chorro de aceite de oliva virgen extra en la ensalada y tu corazón estará aún más a tope. La joya de la corona de la dieta mediterránea, el elixir saludable por excelencia, es indispensable en cualquier ensalada. Con vinagre de Módena y mostaza, con miel y hierbas provenzales, con zumo de limón o lima y un toque de estragón… Llegó la hora de inventar vinagretas: ¡los límites los pones tú!