La sal alegra cualquier plato, pero hay que tener cuidado con ella porque su consumo excesivo puede provocar problemas cardiovasculares, de hipertensión, de circulación, de estómago… Sin embargo, existen alternativas riquísimas para animar cualquier receta. Toma nota de estas tres.
– El ajo y la cebolla ayudan a mejorar la circulación y tienen propiedades expectorantes, antiinflamatorias, antioxidantes y antibacterianas. Puedes pocharlos con aceite de oliva en una sartén y te servirán para acompañar cualquier guiso, salsa, carne o pescado. O bien puedes sofreír otras hortalizas, como chalotas, puerros, nabos, zanahorias y apios.
– Las especias y las hierbas mejoran la digestión, despiertan el apetito y sanan afecciones estomacales. Por ejemplo, en una ensalada regada con aceite de oliva y salpicada de frutos secos, el orégano queda de fábula. ¿Un potaje? Comino. ¿Carne o pescado? Curri. ¿Arroces? Azafrán. ¿Pasta? Albahaca. Y así hasta el infinito.
– Puedes marinar alimentos, normalmente carnes o pescados: solo hay que dejarlos en remojo en un líquido base más algún que otro ingrediente. Dicho líquido puede ser vinagre (escabeche), zumo de limón (cebiche) o una mezcla de vinagre y pimentón picante o dulce (adobo).