¿Sabías que este tipo de alimentación, complementada con aceite de oliva y frutos secos, ayuda a reducir la obesidad abdominal? Así lo asegura un estudio clínico del proyecto PREDIMED: toma nota porque esto nos interesa a todos.
De curva de la felicidad nada. Lo de tener barriga o no, va más allá de una simple cuestión estética: es nuestra salud lo que está en juego. La obesidad abdominal puede ser síntoma de sufrir un síndrome metabólico. Es decir, una serie de alteraciones que provocan, entre otras cosas, presión arterial alta, niveles bajos de colesterol «bueno», niveles altos de triglicéridos y concentraciones altas de azúcar en la sangre. Esta afección afecta al 25% de los adultos de los países desarrollados y supone un riesgo de diabetes, enfermedades del corazón y mortalidad. No es ninguna tontería.
Conseguir rebajar el vientre es sinónimo de mejorar nuestra salud. ¿Y cómo lograrlo? A través de una dieta mediterránea rica en aceite de oliva y frutos secos. Según un reciente ensayo, un 28,2% de afectados por el síndrome metabólico consiguieron revertirlo gracias a su alimentación.
En la investigación se estudiaron a 5.801 personas, hombres y mujeres de 55 a 80 años con un alto riesgo de enfermedad cardiovascular: casi el 64% tenían síndrome metabólico. A los participantes se les asignó una dieta al azar: unos seguían una dieta mediterránea complementada con aceite de oliva virgen extra, otros una dieta mediterránea complementada con frutos secos y otros, un régimen bajo en grasa. Tras 4,8 años de media de seguimiento, los investigadores concluyeron que aquellos que habían seguido la dieta mediterránea habían conseguido reducir el perímetro de la cintura y los niveles de glucosa de la sangre. Un 28,2% dejaron de padecer síndrome metabólico.
«Ya que no hubo diferencias entre los grupos entre lo referente a la pérdida de peso o la ingesta calórica, los cambios observados son probablemente atribuibles a la diferencia en los patrones de la dieta», explica el Dr. Jordi Salas-Salvadó, quien ha liderado la investigación. Se trata de un estudio avalado por la Universidad Rovira i Virgili y englobado dentro del proyecto PREDIMED, que evalúa la eficacia de la dieta mediterránea en la prevención de enfermedades cardiovasculares.