Esta es una receta extremadamente sencilla, ideal para prepararla con los más pequeños de la casa.
No tiene ningún secreto: en un recipiente, mezclamos los dos quesos, añadimos el azúcar, el jugo de un limón y un poco de piel rallada (así tiene más aroma). Mezclamos todos los ingredientes hasta obtener una crema fina. Lo colocamos en un vasito y encima añadimos trocitos de fresa.
Y ya lo tenemos! Un postre o merienda muy completo!