Cada vez más, los nutricionistas insisten en la necesidad de cenar al menos dos horas antes de ir a acostarnos. Este hábito nos ayuda a hacer bien la digestión y, en consecuencia, a disfrutar de un sueño más profundo y reparador. Además, engordaremos menos, pues habremos tenido tiempo de quemar una parte de lo que hemos ingerido. Muchas personas, sin embargo, echan de menor tomar algo antes de acostarse, y hay quien opta por una pieza de fruta, un yogur o una infusión.
¿Has pensado en añadir a tus infusiones un toque de bebida vegetal de nuez, almendra o avellana? Puedes tomarlas calentitas en invierno y frescas, incluso con un toque de hielo, cuando haga calor. Además, puedes adecuar la infusión a tus necesidades de cada momento y convertir esos momentos previos al sueño en el instante diario para cuidarte: tila si andas estresado, diente de león para la retención de líquidos, manzanilla si tienes una digestiones pesadas… Todo ello, con el toquecito de bebida vegetal que te apetezca cada día. ¡Irse a la cama nunca fue tan placentero!