Hay quien cena poco y hay quien cena mucho, dependiendo de gustos y necesidades. Y hay quien, antes de acostarse, se toma un vasito de leche, haya cenado mucho, poco o nada. Bien, ¿y por qué no un vaso de bebida vegetal? De avellana, de almendra, de nuez…
Razones las hay, y bastantes, para optar por esta alternativa. Los veganos lo tienen clarísimo: para ellos es LA alternativa, pues estas bebidas no proceden de ningún animal. Los ecologistas y/o los que están convencidos de que la industria ganadera supone un modelo insostenible, también. Y no digamos los intolerantes a la lactosa, a los que se les ha abierto el cielo con estas bebidas, que no solo ofrecen una gran variedad de sabores, sino que son altamente nutritivas.
Porque esa es otra de sus virtudes. Por poner dos ejemplos de los citados: la bebida de almendra tiene un alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados, que ayudan a controlar el peso y a reducir el colesterol malo. Por su parte, la bebida de nuez aporta proteínas vegetales, además de todas las propiedades nutricionales de las nueces (un vaso contiene cinco de estos frutos secos). Entre ellas destacan un alto contenido en omega 3 (protege el corazón) y muy pocas grasas saturadas (mantiene el colesterol a raya), así como muy poco sodio (favorece una tensión arterial normal).
Ya lo sabes: antes de acostarte, disfruta de un trago saludable, ¡y a dormir! Zzzzzzz…