Si te sobra comida cocinada no dudes en congelarla; así prolongarás su conservación y podrás aprovecharla más adelante.
Eso sí, haz raciones individuales y guárdalas en recipientes herméticos, bien cerrados y con una etiqueta que indique qué contienen y cuándo los pusiste en el congelador. Conservar se conserva, ¡pero no eternamente!