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¿Frutas desecadas? ¡Pues claro que sí!

12 diciembre 2017

Constantemente nos llegan mensajes que insisten en la importancia de consumir fruta. Hay que tomar cuatro o cinco piezas a diario, como si fueran pastillas para mejorar nuestra salud. Verdes, rojas y amarillas, cómo nos gustan las frutas. Frutas a diestro y siniestro. ¡Frutas y más frutas! De acuerdo, pero ¿qué hay de las desecadas? Pasas, orejones, higos, ciruelas… ¿Son beneficiosas o bien son perjudiciales por estar deshidratadas? Aquí te lo contamos, pero vayamos por partes, como diría Jack el Destripador.

Puesto que tienen poca agua, concentran más nutrientes: minerales ideales para niños y personas mayores, entre los que predominan el calcio (higo seco y uvas pasas van sobrados de él), el potasio y el hierro (orejón e higo seco), además de la provitamina A y las vitaminas B1 (tiamina), B3 (niacina) y E. Con un puñado al día obtendrás la ración correspondiente.

Si estás a dieta, el efecto saciante de las frutas desecadas será un buen aliado: bastará que comas poca cantidad para sentirte llen@. Un estudio científico demostró que consumir ciruelas pasas antes de un ágape hace que luego se coma menos.

Pero atención, amiguit@: las frutas desecadas también pueden ser un buen recurso para ganar peso. Menuda contradicción, ¿no? ¿Y eso cómo se come? Pues añadiéndolas en alguna receta ―un puré, por ejemplo ―, para sumarle calorías y nutrientes sin necesidad de que el plato aumente de volumen.

Presentan una elevada cantidad de fibra soluble. Por lo tanto, son laxantes y permiten que el azúcar se vaya liberando en la sangre poco a poco. Para que te hagas una idea: de cada 100 gramos de uvas pasas, 5 son fibra, y 18 en el caso de las ciruelas pasas. Como dice la canción, irás liger@ como la brisa, ay, ay, ay…

Te encantarán si eres un@ golos@ healthy, pues sus azúcares son naturales, lo que resulta más sano que cualquier gominola con azúcares añadidos. Por ejemplo, si preparas un puré de dátiles o de uvas pasas obtendrás la humedad, el sabor y el color que te gustan sin necesidad de echar edulcorantes, que aportan demasiadas calorías y pocos nutrientes.

Son fuente de antioxidantes. De hecho, un estudio científico asegura que los higos secos y las ciruelas pasas presentan unos compuestos fenólicos muy beneficiosos para la salud. Es decir, que te ayudan a vivir más y mejor.

Son apreciadas por los deportistas, ya que les ayudan a recuperarse tras un esfuerzo intenso; y los hipertensos las tienen siempre a mano por su bajo contenido en sodio. ¿Quién dijo agujetas?

Al comercializarse en trocitos pequeños, como unos snacks, es fácil hincarles el diente en cualquier momento del día y en cualquier lugar. Incluso puedes reemplazar una de tus piezas de fruta diarias por una ración de frutas desecadas.

Pero también puedes usarlas en casi cualquier receta, gracias a su versatilidad. En un guiso (¿te suena un pollo guisado con pasas?) o en un estofado (¿qué tal un conejo con ciruelas pasas y orejones?), en una ensalada, en un plato de pasta, en una salsa para carne, en un bizcocho… Lo cierto es que dan mucho juego.

Ahora que sabes lo sanas que son, ¿cómo resistirte a ellas?

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