Llega el verano, nos apetece tomar algo a media tarde ―ya sea en casa o en un bar― y queremos huir de las clásicas cañitas que nos pide el cuerpo y que son totalmente incompatibles con la operación biquini. Una buena opción es apostar por las infusiones con hielo, que sientan de maravilla bien fresquitas. Té, tila, manzanilla, menta, infusiones de hierbas y otras diuréticas como la cola de caballo nos ayudarán a refrescarnos manteniendo la línea, pues no aportan calorías.
Un truco para darles un sabor inconfundible es elaborar cubitos de hielo caseros con zumo de frutas, especialmente de cítricos: nada mejor que un buen té verde fresquito ―que además es quemagrasas― con unos cubitos de limón o lima. Para hacerlos bastará con congelar directamente el zumo y, si lo deseamos, rebajarlo con un poco de agua.