Y si decimos cualquiera es cualquiera. Ya lo verás:
8 h.
Te levantas desganado y sales de casa corriendo sin nada en el estómago, ni siquiera un café. ¿Qué tal si llevas en el bolso un puñadito de frutos secos para que te aporten energía antes de que vuelvas a ser persona? Unas nueces en el autobús bastarán para conectarte con el día.
11 h.
Parón de media mañana en la oficina. Oyes cómo la máquina de vending, repleta de productos procesados, te llama por tu nombre. Pero tú la ignoras. Sacas tu puñadito de frutos secos y un yogur natural de calidad y disfrutas del momento. ¿Eres un goloso de cuidado? Te dejamos acompañar el festín con una onza o unas pepitas de chocolate negro añadidas al yogur.
14 h.
Almuerzo. No te olvides de añadir un toque de frutos secos a tus ensaladas y cremas (pueden ser triturados).
18 h.
Merienda. Nueces, almendras, pistachos, cacahuetes… En materia de frutos secos, todo vale. ¿Y si te preparas un bol de frutas con frutos secos? ¿O tomas un puñadito junto a una tostada de pan con aceite de oliva virgen extra?
21 h.
Para cenar bastará una crema con unos cuantos frutos secos y una ración de carne o pescado magros a la plancha, además de una pieza pequeña de fruta. Te sentirás fenomenal y mantendrás la báscula bajo control