Mens sana in corpore sano. Esta cita latina no puede ser más cierta, pues para tener un cerebro rápido y sano no hay nada mejor que darle la alimentación que necesita.
- Nueces a diario. Mejoran la función cardiovascular, directamente relacionada con el riego sanguíneo al cerebro. ¡Valor seguro!
- Sí al pescado azul. Contiene ácidos grasos omega 3, el mejor alimento para el cerebro. Si quieres un buen tentempié, abre una lata de sardinas.
- Aceite de oliva virgen extra, siempre. Sus propiedades antioxidantes frenan el envejecimiento celular, cosa que también notaremos en la mente.
- No a las comidas pesadas. Las digestiones lentas y contundentes impiden pensar con claridad, así que más vale optar por las comidas frugales que propone la dieta mediterránea, con cocciones simples y abundancia de fruta y verdura.
- A tope con los plátanos. Son fuente de triptófano, que mejora nuestro estado de ánimo. Si te los preparas en un batido con bebida de nuez, estarás dando doble alimento al cerebro.
- Pasta para toda la familia. No hay que olvidar que los carbohidratos proporcionan al cerebro la glucosa que necesita. Por este motivo, la pasta es siempre una buena aliada.
- Agua e infusiones. La deshidratación puede afectar a nuestra actividad cerebral, de manera que es importante mantenernos siempre hidratados bebiendo agua e infusiones, moderando el consumo de café y eliminando por completo el de alcohol.