La insolación es uno de los grandes enemigos del verano pero, ¿sabrías cómo actuar ante un caso así?
Lo más importante es conseguir que la persona que haya sufrido una alteración relacionada con exceso de calor baje su temperatura corporal hasta unos 37° C. Tumbarlo boca arriba con los pies algo elevados en un lugar fresco, así como aplicar hielo o compresas frías en cuello, axilas e ingles, hará que se estabilice. En caso de sufrir convulsiones, presentar fiebre o perder la conciencia, habrá que acudir urgentemente al médico. Si esto no es posible, y el afectado está inconsciente, hay que cambiar su posición a la lateral de seguridad.
Menos graves pero también comunes son las torceduras o picaduras. En el primer caso, aplica hielo, deja reposar el miembro en alto y acude al médico. En el segundo, recuerda no rascar, aplica agua fría o hielo cubierto con un paño y una crema suave antiinflamatoria.
¡Ah! Y no olvides tu botiquín de vacaciones con aliados como estos: gasas, esparadrapos, tiritas, tijeras, pinzas, termómetro, analgésicos, antidiarreicos y algún producto desinfectante, pomada antiinflamatoria o repelente de insectos.