Es muy probable que tú, que estás leyendo estas líneas, seas de cualquier lugar del mundo salvo de Módena. Y quizá por eso desconoces los secretos culinarios de su producto gastronómico por excelencia: el vinagre balsámico. No te preocupes: te explicamos cómo usar este vinagre macerado en barrica, procedente de la fermentación del almíbar espeso que se forma tras cocer el mosto de las uvas.
Lo fácil es aplicarlo directamente sobre algún plato, como ensaladas de hoja verde, verduras o carnes (ideal si son de ternera o pato). Al loro: en ensaladas, primero la sal, luego el vinagre y al final el aceite, pues el orden de los factores sí altera el producto. Y si lo usas en platos calientes, no lo añadas hasta el final para que no pierda el aroma con la cocción.
Pero te recomendamos que lo pruebes también con las vinagretas: la que lleva un tercera parte de aceite de oliva, otra de vinagre balsámico y otra de mostaza de Dijon es insuperable en pescados ahumados como la trucha y el salmón. Si quieres añadirle miel porque te va el dulce, ¡no lo dudes!