Hay vida más allá de las ensaladas, y las cremas balsámicas nos demuestran que son las compañeras ideales de numerosos platos.
1.- Incorpóralas a tus cócteles, sé creativo. No hay mejor manera de dar un toque especial a un bloody mary que con una pincelada de crema balsámica. Oh yeah!
2.- Utilízalas para caramelizar frutos secos. Tendrás siempre a punto un aperitivo de excepción perfecto para cualquier ocasión, incluso para acompañar esos cócteles con crema balsámica.
3.- Añade un toque de crema balsámica a tu mayonesa y utilízala en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier plato.
4.- Si preparas una crema de queso fresco y le das un toque de crema balsámica ―de Pedro Ximenez, por ejemplo―, vas a elaborar unos postres de escándalo. ¿Qué te parece un cheesecake la mar de original?
5.- Tus cremas de verduras ganarán textura y sabor si las acompañas de un chorro de crema balsámica. Una crema de zanahoria y calabaza, toda una inyección de betacarotenos, gana sabor… ¡y glamur!
6.- Ese guacamole con un toque de crema balsámica de manzana hará estremecer de terror a muchos amantes de la cocina ortodoxa mexicana, pero seguro que enamorará a los espíritus más creativos.
7.- ¿Y si las utilizas como aderezo para las aceitunas? Te sorprenderá lo bien que combinan.
8.- Las lentejas y estofados de legumbres siempre agradecerán un toque de crema balsámica. Anda, pruébalo y ya verás…
9.- Helados everywhere, en cualquier época del año. No hay nada más refrescante y delicioso que un helado con crema balsámica y un toque de frutos secos.
10.- Incorpórala a tus tartars caseros, ya sean de atún, salmón o incluso ternera, para darles un toque maestro.